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SISTEMA DE FORMACIÓN AFECTIVA PARA APREHENDER A VIVIR Y CONVIVIR CON TRANQUILIDAD (Relato # 3)

IDEAS COMO LOS ARBOLES

La parte más triste de la vida no está en el acto de morir, sino en fracasar a la hora de vivir  realmente cuando estamos vivos

Robin Sharman

Del filósofo español José Antonio Marina aprehendimos que pensamos con modelos, los cuales son construcciones mentales para representar la realidad y permitir inferencias.[1] En otras palabras, un modelo es un sistema de pensamiento que nos puede permitir interpretar y representar la realidad.

La Vida Formativa que estamos encarnando y proponiendo está sustentada en lo que Somos, lo que Sabemos y lo que Hacemos. En el relato anterior publicamos una introducción de lo que Somos; una Personalidad Formativa que hemos elegido como el núcleo de nuestra vida. Ahora en este relato procedemos a presentar oficialmente una introducción de lo que Sabemos, que no es otra cosa que la estructuración sistemática de lo que hemos venido aprehendiendo desde que nos metimos de lleno en el estudio del Mundo Afectivo del ser humano.

Para empezar, constatamos un hecho que nos ha resultado inobjetable, Somos Seres Afectivos: Sentimos, y esta experiencia del sentir esta atravesada por dos grandes estares afectivos: el Sufrimiento y la Tranquilidad. Estares que vistos desde otros modelos bien podrían representarse como el infierno y el paraíso. Desde el Modelo Formativo, el vehículo que conduce al paraíso, es decir, a una vida tranquila, es ni más ni menos que la Formación Afectiva.

Comprehender esta realidad es lo que nos ha permitido diseñar un Sistema de Formación Afectiva, justamente para Aprehender a Vivir y Convivir con Tranquilidad. Así las cosas, los componentes de este Sistema son:

  1. Propósito (El Para Qué del Sistema)
  2. Enseñanzas (El Qué del Sistema)
  3. Metodología (El Cómo del Sistema)
  4. Creencias Formativas (El Por Qué del Sistema)

El Propósito de este Sistema es –como su nombre lo indica- Aprehender a Vivir y Convivir con Tranquilidad.

Nos enseñó José Antonio Marina, que en estricto sentido no hace falta aprender a vivir. Vivir es una función espontanea. Un ovulo fecundado inicia un dinamismo biológico que parará hasta la muerte. Ocurre, sin embargo, que el ser humano es un organismo inteligente, que puede elegir distintos modos de vida. Anticipa sucesos, hace planes, toma decisiones, es autor de su propia biografía. En su caso, aprender a vivir significa aprender a vivir bien, lo que implica evidentemente, que también se puede vivir mal.[2]

Dado su maniqueísmo, las nociones de bien y mal no encajan en nuestro Sistema. Como lo señalamos al principio, optamos por hablar de Tranquilidad para reemplazar la noción de “bien” y de Sufrimiento, para reemplazar la noción de “mal”.

En este orden de ideas, a la pregunta “¿Qué es vivir bien?” planteada por José Antonio Marina, nosotros le sobreponemos la pregunta: ¿Qué es Vivir con Tranquilidad? Así las cosas, una “buena vida” como diría Marina, o una Vida Tranquila como decimos nosotros; “consiste en la consecución de tres grandes metas: la Salud, la Felicidad y la Dignidad. Estos tres objetivos parecen muy distintos. Uno es biológico, otro psicológico y el tercero ético. Pero están estrechamente relacionados.[3]

El lazo que une estos objetivos es justamente, un lazo afectivo. Porque la Salud es afectiva, la Felicidad es afectiva y la Dignidad es afectiva. En otras palabras; unas emociones y sentimientos negativos pueden causar enfermedades afectivas que inevitablemente producirán enfermedades físicas. Unas actitudes negativas pueden afectar nuestra Felicidad, por lo tanto nuestro bienestar, nuestra relación con los demás y lógicamente la ampliación de nuestras posibilidades de desarrollo. Y unos valores negativos pueden afectar nuestra Dignidad, en tanto que pueden llevar a la persona a adoptar sistemas de creencias que “limiten la realización de sus propios proyectos de felicidad, o al menos intentarlo”.[4]

A estas alturas ya debe ser evidente  que nuestro Sistema es una continuación teórica y practica de la obra de José Antonio Marina. Por eso es que tenemos como punto de partida su consideración de que aprender a convivir significa “aprender a convivir bien”, que en nuestro caso sería Aprehender a Convivir con Tranquilidad.

Una buena convivencia –señala nuestro Gran Tutor– es la que facilita o promueve la felicidad de los participantes. Lógicamente que en este Sistema adoptamos la definición de Felicidad de Marina, según la cual, es la armoniosa satisfacción de nuestros tres grandes anhelos:

  • El bienestar
  • La vinculación social
  • La ampliación de nuestras posibilidades

Una buena convivencia es (o una convivencia tranquila) aquella que promueve nuestro bienestar, y nos ayuda a ampliar nuestras posibilidades intelectuales, económicas, afectivas y políticas. En una palabra, nos ayuda a progresar. Es una convivencia mala (o convivencia sufrida) aquella que produce miedo, hastío, depresión, violencia. La que desanima, decepciona u obstaculiza el propio progreso. La que establece sistemas de dependencia y dominación.[5]

Una vez esbozado el Propósito, ahora veamos las Enseñanzas puntuales de este Sistema, es decir, lo que debemos aprender para Aprehender a Vivir y Convivir con Tranquilidad.

  1. Afectos, Pensamientos y Acciones.
  2. Habilidades Afectivas.
  3. Escenarios de Interacción Vital.
  4. Personalidad.
  5. Estrategia de Vida.
  6. Necesidades Afectivas.
  7. Recursos Vitales.
  8. Conflictos Afectivos.
  9. Sufrimiento.
  10. Autonomía.
  11. Poder.
  12. Tranquilidad.

La Metodología de este Sistema esta representada por lo que nosotros hemos denominado como los Modelos Formativos, los cuales están sustentados por sus respectivas teorías. La pregunta entonces es ¿Cómo se Aprehende a Vivir y Convivir con Tranquilidad?

En primer lugar, eligiendo y construyendo una Personalidad Formativa.

En segundo lugar, practicando un Emparejamiento Formativo.

En tercer lugar, practicando una Crianza Formativa.

En cuarto lugar, practicando un Trabajo Formativo.

Y en quinto lugar, liderando una Comunidad Formativa.

Con respecto a las teorías que sustentan estos modelos, tenemos:

  • Teoría de la Formación Afectiva
  • Teoría del Yo Formativo
  • Teoría Afectiva del Emparejamiento Humano
  • Teoría Afectiva de la Crianza Humana
  • Teoría Afectiva del Trabajo Humano

El último componente de este Sistema son las Creencias Formativas. Es decir, el Por qué de este Sistema. Por qué sus Propósitos, Por qué sus Enseñanzas, Por qué sus Modelos.

De modo que, como lo señalamos al inicio de este relato, esta fue apenas una somera introducción de lo que Sabemos y Aprehenderemos. En los textos siguientes iremos encarnando, explicando, mostrando y aplicando cada uno de los componentes de este Sistema de Formación Afectiva para Aprehender a Vivir y Convivir con Tranquilidad.

Un Sistema que como bien lo señala José Antonio Marina, es un proyecto abierto. Un proyecto que espera ser alimentado por cada nuevo Formador Afectivo que se una a la Comunidad.  


[1] José Antonio Marina: “Ética para náufragos”. Editorial Anagrama.

[2] Jose Antonio Marina “El aprendizaje de la sabiduría: aprender a vivir y convivir” Editorial Ariel.

[3] Ibidem

[4] Ibidem

[5] Ibidem

Categorías: LO QUE SABEMOS Y APREHENDEREMOS | Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | 3 comentarios

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